El cambio estético, que es lo más visual cuando entramos por primera vez, pasa por burbujas de conversación aún más redondeadas, colores más oscuros (el tema por defecto es un tema nocturno que se desactiva en el menú de hamburguesa de lateral izquierdo) y algunos otros cambios que no apreciamos hasta que estamos usando la aplicación de manera más profunda.
El principal cambio de la nueva versión es que el lenguaje de programación en el que está escrito es distinto. Antes, en Objetive C, el lenguaje en el que estaban escritas anteriormente la mayor parte de las aplicaciones de iOS. Pero en 2014 Apple presentó Swift, un lenguaje propio que se define como más seguro y más eficiente, que es en el que está escrito.
Es más sencillo de encontrar errores en este lenguaje (por lo que las aplicaciones resultantes tienen menos vulnerabilidades), además de que, al ser más eficiente, consume menos batería. Como vemos, son todo ventajas, y por eso, Telegram ha decidido pasarse a esta nueva versión.
Por esto mismo, no obstante, es probable que aún haya alguna función que echemos de menos, pues, debido a que ha tenido que desarrollarse desde cero, es probable que se haya quedado por el camino (recordemos que no deja de ser una versión experimental). Aparte de la mejora en el consumo de batería, los tiempos de carga en esta nueva aplicación serán menores, las animaciones son más fluidas.
Por ejemplo, lo que más se echa de menos es una versión para el Watch (aunque sí se reciben las notificaciones), mientras que versión web es la de siempre para conectarnos desde el navegador web, sin tener que instalar nada.