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Los abusos de poder en países con gobiernos autoritarios –como Rusia, China y Venezuela–, la desprotección de la población civil ante conflictos armados y la inacción de las democracias globales ponen en entredicho la legitimidad de los derechos humanos, según denuncia el informe anual de Human Rights Watch (HRW).
La organización internacional, dedicada a investigar y exponer abusos de poder y violaciones de derechos, detalla en un documento de más de 500 páginas sus conclusiones sobre la situación en más de 100 países y territorios durante 2024. Ida Sawyer, directora de Crisis, Conflicto y Armamento de HRW asegura que ha habido «un empeoramiento real de los derechos humanos y las crisis humanitarias en todo el mundo».
El informe refleja la brutalidad de los grandes conflictos en Gaza, Ucrania y Sudán, la represión en Afganistán, al tiempo que destaca que los regímenes autoritarios como el de Bashar el Asad en Siria tienen un límite. Asimismo, insta a la comunidad internacional a tomar partido y actuar para proteger los derechos humanos y respaldar a autoridades independientes como la Corte Penal Internacional.
La organización internacional denuncia el uso continuado de la fuerza, la hambruna y el desplazamiento forzoso contra la población civil gazatí por parte del Ejército de Israel. A su vez, el informe recoge la destrucción de hogares, escuelas y hospitales en lo que considera actos a una «escala sin precedentes en la historia reciente».
«Las autoridades israelíes son responsables de los crímenes de lesa humanidad de desplazamiento forzado, exterminio y castigo colectivo en Gaza desde el 7 de octubre de 2023.También hemos encontrado que están perjudicando deliberadamente las condiciones de vida para destruir a la población palestina, lo cual es un acto genocida«, comenta Sawyer.
La situación en Cisjordania también se agravó durante el pasado año y los enfrentamientos conllevaron la muerte de 6 colonos israelíes, 16 soldados y 719 palestinos. El documento también denuncia la toma de rehenes por parte de Hamás y responsabiliza al intercambio de ataques entre Hamás, Hizbulá, los hutíes y el Ejército israelí del desplazamiento de decenas de miles de personas en Gaza y el norte de Israel.
Los derechos humanos de las mujeres fueron gravemente limitados por las autoridades talibanes, que impusieron estrictas restricciones a su libertad de expresión y movimiento, además de limitar su acceso a la educación secundaria y universitaria, así como al empleo.
HRW califica de violación severa la ley que los talibanes anunciaron en agosto sobre «la promoción de la virtud y la prevención del vicio» que prohíbe a las mujeres viajar o usar el transporte público sin un guardián masculino, dejar que sus voces se oigan fuera de casa o usar vestimenta prohibida por el código prescrito. «En 2024 los líderes talibanes han intensificado su represión contra los derechos de las mujeres y las niñas con políticas y acciones que constituyen persecución por motivos de género», asegura Sawyer.
Además, Afganistán enfrenta una grave crisis económica que sitúa a 23 millones de personas con necesidad de «ayuda humanitaria urgente».
Tras más de dos años desde la invasión rusa de Ucrania, HRW alerta de que el conflicto ha causado un «sufrimiento civil inmenso». El informe advierte que durante 2024 se incrementaron los ataques rusos a gran escala, especialmente contra la red eléctrica ucraniana, causando apagones en todo el país.
Asimismo, las fuerzas rusas realizaron ataques en áreas densamente pobladas, según denuncia la organización y sitúa el mes de julio como el más mortal para la población civil en los últimos dos años, con al menos 219 civiles ucranianos asesinados y 1.018 heridos.
En territorios ocupados, las autoridades rusas «reprimieron gravemente los derechos fundamentales, incluidos los derechos a la libertad de expresión, asociación, asamblea y religión«, de acuerdo con el informe. Además, Ida Sawyer alerta de que «en las áreas ocupadas por las fuerzas rusas, están llevando a cabo esfuerzos para destruir la identidad cultural y nacional de Ucrania, y forzar a la población que vive en estas zonas a convertirse en rusa en contra de su voluntad».
«Lo que está ocurriendo probablemente sea la peor crisis humanitaria y de derechos humanos en el mundo, pero está recibiendo muy poca atención y acción por parte de la comunidad internacional», comenta Sawyer sobre la guerra civil en Sudán. Lejos del foco mediático, el conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), que se desató en abril de 2024, ha provocado la mayor crisis de desplazamientos del mundo. El informe de HRW culpa a ambas partes, especialmente a las RSF, de cometer crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y otras violaciones del derecho internacional humanitario.
Los enfrentamientos, que se concentran principalmente en las regiones de Jartum y Darfur, han dejado miles de muertos y heridos. Además, el informe denuncia que más de 10,8 millones de personas han sido forzosamente desplazadas, más de 25 millones enfrentan inseguridad alimentaria aguda y más de 17 millones de niños no pueden ir a la escuela.
Ante la grave situación en Sudán, HRW expresa una preocupación por la impunidad con la que operan los causantes del conflicto, a pesar de las sanciones internacionales y los esfuerzos por alcanzar la paz.
El proceso de derrocamiento del régimen de Bashar Al Asad desató un conflicto entre las fuerzas opositoras y el Ejército Nacional Sirio, que resultó en una inseguridad generalizada y un empeoramiento de las condiciones económicas para la población siria, según la organización internacional.
El futuro de la nueva Siria sigue siendo incierto en cuanto al respeto de los derechos humanos, señala el informe. No obstante, la caída del régimen marca el fin de un periodo caracterizado por «abusos de los derechos humanos y crímenes de guerra».
Otra de las preocupaciones para HRW es la decisión de países como Turquía o el Líbano de deportar refugiados sirios o la de países europeos de frenar las solicitudes de asilo. «Apresurar la discusión sobre si los sirios deberían regresar ahora es prematuro en el mejor de los casos, y peligroso en el peor», concluye Sawyer.
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