Flick construye en dos meses una máquina ofensiva aplastante - Sinsurrapa

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No hay nadie en Europa que marque tantos goles como el Barça de Hansi Flick. Ni tampoco en España. Tiene al Pichichi (12 tantos suma Lewandowski) y tiene, además, una estructura ofensiva que se sostiene en la magia de Lamine (asistió ante el Sevilla, pero no marcó) y la generosidad y el despliegue físico del reinventado Raphinha.

En tiempo récord (debutó en Mestalla en la Liga el pasado 17 de agosto), el técnico alemán ha construído una máquina ofensiva extremadamente precisa capaz de firmar una media de 3.3 goles por encuentro, dejando al Madrid de Mbappé, Vínicius, Rodrygo, Endrick muy atrás.

Muy atrás es mucho. El Barça suma 33 tantos en 10 jornadas; el Madrid ha anotado 21. Ahí, en ese profundo boquete ofensivo, se adivina, y sin duda alguna, el gran cambio vivido en Montjuïc, donde la gente sube en procesión, feliz y orgullosa. Es una máquina goleadora de alcance histórico: solo el primer Barça de Pep Guardiola, el de la temporada 2009-2010, o el Madrid de Zidane marcaron más tantos (34).

Lewandowski marca de penalti el 1-0 del Barça sobre el Sevilla en Montjuïc. / Jordi Cotrina

Feliz y orgullosa porque se lo pasa pipa viendo a esa pandilla de niños, arropados por la veteranía de Lewandowski (36 años), que está viviendo una segunda (o tercera) juventud y la red de seguridad que tiende Iñigo Martínez (33). Son las dos únicas piezas de un equipo repleto de adolescentes donde Raphinha (27), Koundé (25) e Iñaki Peña (25) quedan como puentes de conexión para fusionar todas las generaciones.

El Barça llega por todas las vías al gol. Sea en jugadas llenas de pases y tejiendo con pausa hasta hallar el espacio adecuado, también marca a balón parado y, sobre todo, se desmelena cuando otea latifundio a la espalda de la defensa enemiga. Si no que se lo pregunten a Nyland, el solvente meta noruego del Sevilla, que se vio asombrado por el 2-0, un monumento del contragolpe, creado por un robo de Pedri y cerrado por un derechazo de Pedri. Todo en uno.

Pedri celebrando su gol ante el Sevilla / JORDI COTRINA

Terminó Flick, además, con un equipo lleno de españoles en la segunda mitad, dejando a Koundé como único jugador extranjero. Y una pandilla de jóvenes que se reunieron en el tramo final de la noche en que volvía Gavi (20 años), escoltado por Casadó (21) y Fermín (21) en el centro del campo, protegidos por Cubarsí (17) y Gerard Martín en la defensa (22), teniendo una delantera tan inusual como inédita con Pablo Torre (21), Pau Víctor (22) y Balde (21), ejerciendo de extremo zurdo.

Pedri coloca el brazalete de capitán a Gavi en su reaparición a los terrenos de juego durante el partido de liga entre el FC Barcelona y el Sevilla / JORDI COTRINA

Todos asistieron a uno de los momentos más emocionantes que se han vivido en Montjuïc desde que el Barça subió a la montaña. Apareció Gavi y al culé se le erizó la piel después de estar 11 meses sin su corazón. Y sin sus patas. «Gavi ha cumplido su sueño. El ambiente ha sido muy bueno. Se me ha puesto la piel de gallina», ha confesado el entrenador azulgrana, aliviado porque su equipo ha vuelto bien del parón de las selecciones.

«Gavi ha cumplido su sueño. El ambiente ha sido muy bueno. Se me ha puesto la piel de gallina»

Hansi Flick

— Técnico del Barça

Tan bien que el trabajo, como ya es habitual, lo había liquidado el equipo en la primera mitad, tal y como ya hizo en Vitoria ante el Alavés. En apenas 15 minutos (del minuto 24 al minuto 39), los azulgranas firmaron un cómodo 3-0, prólogo para que la noche fuera primero el reencuentro con Fermín, aplazando la cita con Dani Olmo, al que reserva para la Champions -el miércoles llega el Bayern a Montjuïc- y el clásico del sábado en el Bernabéu. Y, al fin, con Gavi, ese joven que tiene robado el corazón al barcelonismo.

Los goles caían con tanta naturalidad que fluían de Lewandowski –lleva 12 en la Liga, el doble que Mbappé, con seis– a Pedri –ese derechazo limpiaba todos los miedos que había tenido durante meses en la enfermería- y terminaban en Pablo Torre, invitado inesperado a la festiva noche que sirve de prólogo para la semana más complicada desde que aterrizó Flick.

Un equipo divertido y eficaz

Hasta ahora, el trabajo del técnico es irreprochable porque ha construido un equipo divertido, reconocible, valiente y atrevido, al que no le importa vivir en la cornisa, situado a casi 50 metros de Iñaki Peña, transformado ahora más en líbero que en portero.

«Pau es muy inteligente y se adapta muy bien al oponente. En el uno contra uno es muy bueno, también sin pelota», ha dicho Flick elogiando a Pau Cubarsí, un adolescente (17 años) que vive con naturalidad ese arriesgado oficio de central, dejando metros y metros a tu espalda.

«Pau es muy inteligente y se adapta muy bien al oponente. En el uno contra uno es muy bueno, también sin pelota»

Hansi Flick

— Técnico del Barça

«Los centrales están muy concentrados. Cubarsí tiene un rendimiento muy bueno e Iñigo se adapta muy bien a nuestro estilo de juego y lo está haciendo muy bien. Nos ayuda mucho. Koundé y Balde también están jugando muy bien. Es muy importante que todos hagamos bien el trabajo en la presión avanzada. Necesitamos la presión, es fundamenta», ha precisado el técnico alemán.

Montjuïc está disfrutando de un Barça que ataca mejor que nadie en la Liga. Sigue teniendo el balón ya que es el equipo con mayor posesión de la Liga, con porcentajes que oscilan en torno al 67%. El Madrid está en un 59%. Y en Europa pocos se acercan a este andamiaje ofensivo que ha construido el exseleccionador alemán en apenas dos meses.

Si acaso el Bayern Múnich, su próximo rival en Europa, a quien Vincent Kompany, su nuevo entrenador, le ha dado un ecosistema adecuado para que Harry Kane no eche de menos las islas. Suma el delantero ya ocho tantos en las siete jornadas disputadas y sus cifras tienen un aire monstruoso desde que llegó a la capital bávara: 57 tantos en 55 partidos.

Ansu Fati felicitando a Lewandowski tras su gol / JORDI COTRINA

Dos meses le han bastado para levantar una obra que entusiasma a la afición, además de dejar trazos de seguridad en su fútbol. A veces, pausado; en ocasiones, eléctrico y vertiginoso.

Y en esa mezcla se le están cayendo los goles al Barça de Flick (33) con tanta abundancia que se acerca a cifras que solo estaban al alcance del Barça de Guardiola (34 tantos) o del Madrid de Zidane (34). Y sin Messi. Y sin Cristiano Ronaldo. Pero con Lewandowski.