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El embajador permanente iraní ante la ONU, Amir Saeid Iravani, ha instado a este organismo internacional a condenar el supuesto ataque israelí contra un hospital de campaña con 56 camas de la Media Luna Roja iraní en la frontera entre Líbano y Siria el pasado, el miércoles. En una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y a la presidenta de turno del Consejo de Seguridad, Pascale Baeriswyl, el embajador reclama «al Consejo de Seguridad que condene de la manera más enérgica este atroz crimen».
«El Consejo de Seguridad debe cumplir con su deber de proteger a los civiles, a los trabajadores de ayuda humanitaria y a las instalaciones médicas», afirmó Iravani, quien calificó el ataque al hospital de campo de «clara violación del derecho internacional humanitario y es un crimen de guerra indiscutible».
Además, el embajador de Irán ante la ONU dijo que esta instalación humanitaria iraní fue establecida en la frontera entre Líbano y Siria, tras informar a la Cruz Roja Internacional, «con el fin de brindar ayuda vital a los civiles libaneses desplazados y a las víctimas de los bombardeos israelíes».
«A pesar de los objetivos puramente humanitarios del centro, sus instalaciones y equipos quedaron completamente destruidos en este ataque bárbaro», indicó. Pese a la destrucción del hospital, las autoridades iraníes aseguran que el ataque realizado el miércoles por la noche no dejo víctimas.
Irán es uno de los principales aliados de Líbano e Hizbulá y además lidera el llamado Eje de la Resistencia, la alianza antiisraelí formada por la milicia libanesa, los palestinos de Hamás y los hutíes del Yemen, entre otros.
Israel e Hizbulá están enfrentados en la divisoria desde hace un año, una confrontación que en las últimas dos semanas se ha elevado a otro nivel con una campaña de intensos bombardeos israelíes contra el Líbano, incluida Beirut, que ha provocado más de 2.100 muertos y 1,2 millones de desplazados.
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