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Lituania apunta a un relevo en el poder con la socialdemocracia como primera fuerza, mientras toma fuerza el nuevo populismo prorruso . La primera ronda de las elecciones parlamentarias del país báltico colocaron al Partido Socialdemócrata (LSDP) de la eurodiputada Vilija Blinkevičiūtė con las mejores opciones para liderar el siguiente gobierno, al obtener un 20,1 % de los votos, según los datos difundidos por la televisión pública LRT con el 94 % de los distritos escrutados.
Inquietante es, sin embargo, el ímpetu alcanzado por la formación populista Nuevo Amanecer (NA), fundada hace un año y que, de acuerdo a esos resultados provisionales, se sitúa sobre el 15,5 %. La conservadora Unión de la Patria (TS-LKD) de la actual jefa del gobierno de centro-derecha, Ingrida Simonyte, sufrió una fuerte caída, pero quedó en segunda posición con un 16,7 %. De confirmarse estos resultados, la socialdemocracia del país báltico tiene buenas opciones para recuperar el poder, tras haber liderado su último gobierno entre 2012 y 2016. Blinkevičiute necesitará, sin embargo, de varios aliados para poder gobernar, en un Parlamento o Seimas marcado por la fragmentación política. En declaraciones a LRT, la aspirante socialdemócrata se mostró convencida de que logrará este objetivo.
Son 141 escaños los que componen la Cámara, para un país con 2,4 millones de ciudadanos con derecho a voto. El reparto de puestos surge de un sistema mixto. Un total de 70 escaños se reparten proporcionalmente entre los partidos que superan el 5 % de los votos. Los restantes 71 corresponden a distritos uninominales, que se definen en dos vueltas, la de este domingo y la que tendrá lugar el 27 de octubre.
Son las primeras elecciones parlamentarias que se celebran en Lituania desde el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania. Lituania, como Letonia y Estonia, representan la línea del máximo compromiso hacia Kiev, lo que no se espera que cambie, puesto que los principales partidos comparten esta línea. Los tres países bálticos y exrepúblicas soviéticas, miembros de la Unión Europa (UE) desde hace 20 años y profundamente atlantistas, vieron ratificada con la guerra de agresión rusa sus aprensiones contra Moscú y sus reclamaciones de un refuerzo defensivo del flanco este de la OTAN, del que son piezas clave.
Lituania, que en 2023 acogió la cumbre de la Alianza Atlántica, tiene un papel especialmente delicado, por compartir frontera con territorio ruso, Kaliningrado, y también con Bielorrusia, aliado del Kremlin. El consenso a favor del apoyo a Kiev no ha evitado que haya irrumpido con fuerza un partido como el NA, calificable de antisistema o populista.
Afín al Kremlin
Al NA la lidera el abogado, de 42 años, Remigijus Žemaitaitis, que fue expulsado del partido conservador PLT y acabó renunciando a su escaño en el Seimas entre acusaciones de antisemitismo. Creó su nuevo partido en 2023. No deja de ser sintomática la fuerza de este populismo recién fundado, que rechaza la designación de extremista de derechas o de izquierdas, pero que al que se considera afín al Kremlin. La minoría rusa de Lituania representa un 9% de su población, frente al 25% de la que tiene Estonia.
Su líder ha llevado adelante este avance en tiempo récord. Se le sitúa, en cuando a política exterior, cerca de las posiciones ultranacionalistas del húngaro Viktor Orbán, el más poderoso aliado de Vladímir Putin en la UE.
Los comicios de este domingo siguen a las presidenciales del pasado mayo, en que fue reelegido el conservador Gitanas Nauseda. Simonyte, asimismo aspirante a la presidencia, quedó entonces en segunda posición.
Lituania está en el grupo de miembros de la OTAN cuya partida de Defensa ronda el 3%. El plan de seguridad nacional establece el objetivo de llegar al 3,5% y ascender a medio plazo al 4%. El país báltico se prepara además para albergar de forma permanente la brigada completa que Alemania se ha comprometido a desplegar en su territorio, así como a consolidar el apoyo de EEUU.
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