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Vean sus rostros, parecen que no han roto un plato en su vida y, hace menos de 48 horas, hicieron estallar el majestuoso Santiago Bernabéu. Y, no solo hicieron explosionar al mismísimo Real Madrid con una demostración de fútbol prodigiosa, una estrategia inmejorable, una táctica y presión bestial sino que, al final, fruto de ese tsunami futbolístico salieron a flote todas las debilidades, carencias y vergüenzas del campeón blanco.
Esas caritas, por orden de aparición, del prodigioso Lamine Yamal ¡golazo con la derecha!, un recuperado Gavi, un espumoso ¡por fin! Baldé, un Fermín que vuelve a brillar, un Pedri que manda y un Cubarsi que aspira a ser Beckenbauer, volvieron a demostrar, junto a otros veteranos y fantásticos futbolistas, que, en efecto, el técnico alemán Hansi Flick ha convertido al Barça en una máquina de jugar a fútbol, aportando al ADN Barça fuerza, potencia, intensidad, ilusión, ganas, despliegue, riesgo, pasión, presión y goles, muchos goles. El Barça, en 11 jornadas, ha metido ya más de la mitad de goles (37) que el Barça campeón de Xavi Hernández en toda la Liga: 70.
El tesoro de La Masia
Flick ha mirado La Masia y se ha dado cuenta de que estaba frente a una auténtica mina de oro. Y lo que está por llegar, te cuentan los que saben de eso, es decir, los que siguen dentro. Una cosa está clara, aunque Joan Laporta no quiera reconocerlo ni agradecerlo: el Barça de Flick se fundamenta en la herencia recibida, obra, fundamentalmente, de técnicos como Jordi Roura y Aureli Altimira.
Han sido esos niños los que, ahora, han obligado a los periodistas madrileños a pedirle a Carlo Ancelotti que mueva el árbol y empiece a dar oportunidades a los jóvens que hay en el banquillo. Jóvenes fichados, todos, a golpe de talonario, pues La Fábrica blanca está seca. Esa es la primera envidia (y vergüenza) que dejó patente el clásico, el 0-4, el Barça hizo una exhibición de la mano de sus niños.

El centrocampista francés del Real Madrid, Eduardo Camavinga, choca con el centrocampista español del Barcelona Pedri / Pierre-Philippe MARCOU / AFP
“Me da vergüenza, el culpable ha sido Mbappé”, protestaba un aficionado blanco ante el micrófono de AS TV, que se dedicó a entrevistar a los espectadores que, a falta de diez minutos, abandonaban el Bernabéu. “Siempre confio, siempre espero la remontada, pero hoy ya se veía que, con este Barça, no se iba a producir. Nos vendieron que Mbappé era Cristiano Ronaldo y, la verdad, aún no ha hecho nada para creérnoslo”.
“Es un drama, un drama”, comentaba un tercer socio merengue, “aunque creo que al Madrid este correctivo le vendrá bien. Deberían ponerse a jugar ¡ya!, pues parecemos el PSG de Messi, Neymar y Mbappé. ¡Mucho cromo y poco fútbol!” “No han querido hacernos más daño, pues nos podían haber metido ocho”, señalaba otro merengue”.
“Siempre confío, siempre espero la remontada, pero hoy ya se veía que, con este Barça, no se iba a producir. Nos vendieron que Mbappé era el nuevo Cristiano Ronaldo y, la verdad, aún no ha hecho nada para creérnoslo”, comentaba un seguidor blanco al abandonar, diez minutos antes del final, el Bernabéu
La pandilla de Pedri dejó el Bernabéu, al Madrid, a Ancelotti y a su afición muy, muy, tocados. Y, encima, parte de la afición blanco, que ha convertido a Vinicius Júnior en el estandarte de la lucha contra el racismo, se pasó el partido insultando a Lamine Yamal. Ellos, que juegaban con ocho negros: Rudiger, Militao, Mendy, Bellingham, Tchouameni, Camavinga, ‘Vini’ y Mbappé. Realmente incomprensible y, como ha ocurrido, claro, muy censurable.
Durísimas críticas
“Hoy, amigo, te han dado una bofetada y ya no hay excusa. El problema del Real Madrid es real, el equipo es muy vulnerable. La defensa es terrible. El trabajo defensivo es horrible. Los delanteros no defienden ni presionan, los del Barça se dejan la vida defendiendo y presionando y siguen siendo determinantes de cara al gol. La segunda parte fue un auténtico baño. Al Madrid le falta el hambre de antes, los jugadores tienen la barriga llena”, señala Álvaro Benito en sus comentarios.
“Kylian”, comentaba Tomás Roncero ante el micrófono de AS TV, “viniste al Real Madrid para estos partidos. No te trahimos para que le metas un triplete al Leganés y otro al Valladolid, no. Viniste para las grandes noches. Miles de madridistas llenaron el Bernabéu anoche para corear tu nombre y les has decepcionado. No puede ser. Mírate el video del partido y empieza a jugar como un juvenil, con ganas y pasión”.

Flick felicita a Gavi al acabar el partido / Valentí Enrich
Eso sí, los defensores de las esencias del Real Madrid recordaron que, en marzo de 2022, el Barça de Xavi también goleó 0-4 al Madrid y, poco después, los blancos ganaron la Liga y la Champions, tras dejar por el camino al PSG, al Chelsea y al Manchester City.
Todo ese daño, todas esas dudas, todas esas vergüenzas, las provocó, las dejó al descubierto, un Barça portentoso, basado, sobre todo, en los niños de La Masia, en ese Lamine Yamal, que hizo de todo y marcó un golazo. “Cuando vi su actuación”, explica Jordi Roura, “me acordé del día que lo vimos Aureli (Altimira) y yo. Organizamos un partido de prebenjamines, bueno, había de todo, porque todos eran muy niños, aunque las edades oscilaban entre los 7 y 8 años. Y uno de los objetivos de ese encuentro fue ver a un tal Lamine Yamal, que jugaba en La Torreta. Era un zurdito pícaro, muy hábil, rápido, que estaba creciendo, claro, y que, como decimos entre nosotros, hacía cosas diferentes. Pero quien te diga que a esa edad, ¡booom!, ¡zaaas!, ya descubres al crack que será ese niño, ese párvulo, nunca te lo creas, ¡miente! A esa edad no ves nada, intuyes poco y todo es cosa de fe. Con Yamal no hubo un flechazo, pero hacía cosas por las que valía la pena quedárselo ¡vaya que sí!”
No deja de ser esperpéntico y muy criticable que una parte de la afición, en cuyo equipo juegan ocho negros ( Rudiger, Militao, Mendy, Bellingham, Tchouameni, Camavinga, ‘Vini’ y Mbappé), se pase el partido insultando al joven Lamine Yamal
“Recuerdo”, explica Altimira, “que cuando veíamos a Balde jugar en la categorías inferiores, Jordi siempre llegaba al vestuario después de un partido y me decía ‘Aureli, este pájaro nos toma el pelo, este tío no juega ni la mitad de lo que sabe jugar, a este niños tenemos que apretarle, este niño es cien veces mejor de lo que vemos’. Y Jordi tenía razón. Cuando se produjo el ‘clic’ físico apareció este portentoso Balde”.
Ambos recuerdan cómo ficharon a Gavi, un portento de futbolistas en todos los sentidos. Lo ficharon, procedentes del Betis, cuando tenía 9 años y por el que, dicen, que solo pagaron 10.000 euros. Eso sí convencer al club, al padre y al representante, como los convenció Roura, no se paga con dinero. Y fue ese portentoso Gavi quien le enseño los cuatro dedos como cuatro goles a Vinicius Júnior, cuando el madridista se río de su corta estatura. “Todo lo que quieras, pero yo el lunes me voy a la gala del Balón de Oro”, le replicó ‘Vini’, cuya osadía quedó sepultaba bajo la demostración futbolística de la pandilla de Pedri.
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