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“Es el partido de todos los partidos. Es el derbi de los derbis”, reivindica Aday Benítez a las puertas del derbi barcelonés entre el Europa y el Sant Andreu. Entre la ‘vila’ de Gràcia y el ‘poble’ de Sant Andreu. El Nou Sardenya, abarrotado porque las entradas volaron, acogerá este domingo a las 6 de la tarde una nueva entrega de un derbi que encarna la explosión del fútbol popular y se ha convertido en uno de los más importantes de España en el plano semiprofesional. “Por la gente que mueve y por la repercusión que tiene. Es una rivalidad sana que nace del amor de la gente por sus equipos. Hay un sentimiento brutal”, asiente Aday, técnico del Europa y exjugador del Sant Andreu y también del Girona.
El capitán del Europa es Àlex Cano, “buque insignia”, dicen desde las oficinas, de un club al que llegó en 2009: “Es un partido completamente diferente a los demás. El partido más especial del año. Lo primero que hacemos cuando sale el calendario es mirar qué día son los dos derbis”. Tanta repercusión “te hace sentir un poco más profesional de lo que realmente y habitualmente somos”, reconoce desde el cuarto escalón del fútbol español.
“Antes si llegábamos a 1.000 personas ya era una entrada increíble y ahora estamos sobre los 2.000 de media”, añade. Este domingo se llegará hasta 4.000. No habrá ni un asiento libre: “Si el estadio fuera el triple también se hubiera llenado”. “Antes veías más cemento que personas”, añade.
Camisetas y autógrafos
Ahora se ven decenas, cientos de niños con las camisetas de ambos equipos y después de los partidos saltan al césped, artificial, para pedir una foto o un autógrafo. Para tocar a los jugadores. “Esto en el campo del Barça es imposible. Estos niños recordarán siempre estos momentos y tendrán toda su vida un punto del Europa o del Sant Andreu”, apunta Aday. “Somos como sus ídolos. Hay muchos niños que no son ni del Barça ni del Madrid, sino que son del Europa”, subraya Cano.
El número de socios del Europa es el más alto en décadas: 2.603. Como en el Sant Andreu, con más de 4.000. Las dos juntas hablan de un momento social “muy bestia” y de un derbi “más ‘heavy’ cada año”. Esta semana los clubes catalanes de Segunda Federación han alcanzado un acuerdo con 3CAT y Esport3 retransmitirá un partido por semana.
Cano apunta al crecimiento deportivo de ambos equipos como una explicación al ‘boom’ del derbi: los dos ascendieron a la cuarta categoría en 2023, jugaron el ‘playoff’ de ascenso a Primera Federación el curso pasado y en el presente están de nuevo en plazas de promoción, cerca del Lleida y el Sabadell. Además hace unas semanas sorprendieron a un equipo de Segunda División en la Copa del Rey y en unos días recibirán un club de Primera.
Para el Europa será la primera vez en partido oficial desde 1984. El Sant Andreu jugó ante el Atlético de Madrid en 2013 y 2018. Suma más temporadas en Segunda (once a seis) y en la extinta Segunda B (19 a una) que el Europa, pero el club de Gràcia siempre presumirá de haber participado en las tres primeras ediciones de LaLiga (1929-1931).
Todo aquello ya queda muy atrás porque el Europa y el Sant Andreu, ambos centenarios, se despidieron de Segunda en 1968 y 1977. La mejoría deportiva de los últimos años ha alimentado el interés, pero Cano señala sobre todo el carácter de este fútbol sin cristales tintados como semilla de esta “estima” e “identificación” creciente: “Los futbolistas de Primera División son casi intocables y aquí es todo lo contrario. Es todo mucho más cercano. Esta es la clave”. Conoce a los socios más veteranos por el nombre y algunos incluso le llaman las semanas importantes, para dar ánimos. “Echo de menos la llamada de Pep Rovira [portero histórico del Europa] . Me hubiera llamado seguro. Lo hacía siempre. Pero falleció este lunes”.
Reventa
El capitán, jugador con más partidos de la historia, casi 500, reivindica que el club “representa a la ‘vila’” y ha sido y es parte en la lucha contra el fascismo, la homofobia, el machismo o el racismo. Como el Sant Andreu, con el logotipo de Open Arms en la camiseta: “uno de los emblemas del barrio”, tan repleto de toldos verdes por su carácter obrero. Así lo define Francesc Vives, el delegado. Recuerda tiempos con 500 personas en las gradas del Narcís Sala. Ahora no se suele bajar de los 3.000. “La gente se está cansando un poco del fútbol profesional”, afirma. Superar los 4.000 socios era “algo impensable” hace dos décadas. Eran 1.000 hace no tanto. Las 800 entradas visitantes para el domingo duraron una hora. “Incluso hay reventa. Sabe mal, pero en el fondo dice que está pasando algo grande”, aseguran desde el club: “Es un fútbol más puro, más natural. Es fútbol sin más, sin tanta parafernalia, más normal”.
Josu Rodríguez, capitán y quinto jugador del Sant Andreu con más partidos, subraya que la explosión de este fútbol popular es “alucinante”. Antes sabía el nombre de los aficionados que le paraban por la calle y de mucha gente del Narcís Sala. “Antes”. Ahora es imposible. “Tengo la suerte que a veces me reconocen y mi mujer me pregunta por qué me paran”, ríe. “Mola mucho. Muchísimo. Es muy guapo”, dice sobre la sensación de ver camisetas con su nombre. Josu habla de un fútbol “más social”.
Nació en Gràcia y creció en el Europa: muchas tardes, de niño, se encargaba del marcador manual. Cambiaba los números cuando marcaba el Europa. “Pero soy muy, muy, muy del Sant Andreu”, recalca. El Sant Andreu buscará la victoria después de tres derrotas y un empate de triste recuerdo, con dos 3-0 en el Nou Sardenya. Josu ansía la victoria para dedicársela a su madre. Pepi falleció hace un año y medio: “La recuerdo mucho todos los días”.
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