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Pues sí, me pasé un ratito viendo y escuchando la asamblea de socios-compromisarios del Real Madrid, escogidos curiosamente siempre con el visto bueno de las autoridades blancas. Y, así, de sopetón me llamaron la atención varios detalles.
Uno, no entiendo por qué había gente, especialmente periodistas críticos de Madrid, que pensaron que Florentino Pérez lo iba a pasar fatal en esa asamblea. Ellos, los críticos (pocos, sí, lo sé, pero los hay), creyeron que explicar el fiasco del nuevo Bernabéu y el fracaso (y espera haber qué dicen los tribunales) de los conciertos millonarios, iba a ser duro. Para nada.
Como tampoco fue complicado, bueno, en realidad el ‘ser superior’ se pasó su disertación sobre el tema mofándose de la UEFA y de los periodistas que votaron el Balón de Oro, la derrota de Vinicius Júnior a manos de Rodri. Pero en esa exposición se produjo algo que, de haber sido comentado por cualquier otro presidente, se hubiese armado una buena: la burla a países como Namibia, Uganda, Albania y Finlandia.
Una prueba irrefutable
No puede ser, es realmente muy, muy, impresentable, que todo un presidente del Real Madrid, el todopoderoso Florentino Pérez, desprecie los votos de esos países (y a esos países, futbolísticamente hablando) porque, total, no hicieron ganar a Vinicius Jr.
Acabada la asamblea, que tuvo únicamente la intervención de ocho socios para que figurase que alguien intervenía, pues todo estaba atado y bien atado, sin necesidad de esconder a ningún economista de cámara para que le diese la razón al presidente, empezó el Leganés-Real Madrid.

Vinicius Junior durante el partido contra el Leganés / REUTERS/Isabel Infantes
Y ahí, precisamente ahí, fue donde Florentino Pérez pudo darse cuenta, debió darse cuenta, de por qué su futbolista estandarte, su jugador franquicia, aquel que definió ¡pobre Mbappé! como “el mejor futbolista del mundo”, no ganó el Balón de Oro.
La razón o una de las razones más mencionadas, que ayer mismo se encargó de remarcar el ‘Bild’ alemán, por las que muchos periodistas no votaron al brasileño es porque, como recordó Manu Carreño, “en el punto 3 de las reglas de la votación del Balón de Oro, que hace referencia al ‘fair play’, los valores y el comportamiento, ‘Vini’ no solo pierde con Rodri, pierde con cualquiera”.
Si Florentino vuelve a ver el partido frente al Leganés y detiene el video en el minuto 38, verá una acción de su chico, de su ídolo, de su Balón de Oro, indigna de un jugador del Real Madrid y más propia de alguien que no merece ganar semejante trofeo, sobre todo, como señaló Carreño, si la comparación es el señorial y caballeroso Rodri.
Vinicius Júnior disputa un balón, sin más, pelea, forcejea, cuerpo a cuerpo, con Javi Hernández y el futbolista del Leganés alarga su brazo izquierdo, ¡lo alarga!, y acaricia, ¡acaricia!, roza, el hombro derecho de ‘Vini’, que se tira al césped, se lleva las dos manos a la cara, como si le hubiesen disparado, como se le hubieran abierto una ceja o roto la nariz.
Hasta el ‘Bild’ alemán le recordó ayer a Florentino Pérez una de las razones por las que Vinicius Jr., su protegido, no ganó el Balón de Oro: por ser el mejor actor del mundo, por hacer cuento, teatro, por simular que lo habían herido ante el Leganés. Por eso no ganó.
Esos detalles, esas escenas, esa búsqueda del Balón de Oro como si fuese un Oscar al mejor actor, no pueden pasar desapercibidos para los que votan, sobre todo si cumplen con las normas del máximo trofeo futbolístico, que intenta premiar el ‘fair play’, los valores y el comportamiento ejemplar a la misma altura de los goles o las cualidades del futbolista que se echa a la espalda a un equipo para convertirlo en campeón.
Esos feos detalles de Vinicius Jr., en efecto, uno de los tres mejores futbolistas del mundo, que Florentino Pérez jamás ha tenido en cuenta o, peor aún, que ha tolerado, que nunca ha corregido en su ídolo, pudieron, sin duda, decantar la balanza de la votación hacia el estilo modélico de Rodri, un jugador portentoso que, además, crea fútbol con solo su presencia.
Es evidente, aunque eso no le preocupa lo más mínimo a Florentino Pérez, que, a partir de ahora, tal vez muchos de los 100 periodistas que votan se lo pensarán mucho, mucho, antes de votar a un madridista, pese a que la lista de candidatos está plagada de ellos, año tras año. Desde luego, yo si soy el periodista de Namibia, Uganda, Albania y Finlandia lo tendría cristalino, clarito, clarito.
Aunque, repito, a ‘Flo’ le da igual. No sé si a ‘Vini’, Mbappé, Bellingham…
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