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Ucrania ha disparado contra suelo ruso el primer misil Storm Shadow de los entregados por el Reino Unido, hasta ahora destinados solo a los combates en las zonas ucranianas temporalmente ocupadas por Rusia, según fuentes del Gobierno al medio británico Sky News.
La noticia se produce el mismo día en que se conoce que la Administración saliente de Joe Biden en Estados Unidos ha aprobado también el envío de minas antipersona a las Fuerzas Armadas ucranianas para su lucha contra el Ejército invasor ruso, que ahora avanza a pie en lugar de en vehículos blindados.
«Si mandas una gran cantidad de minas antipersona puede ser un cambio relevante», explica Willy Pulido, analista de estrategia militar y autor en Revista Ejércitos. «Los rusos usan tácticas de infiltración en los que mandan infantería ligera dispersa, no abigarradas para evitar bajas, siempre tras haber ablandado el terreno con artillería».
Ambos movimientos suponen un paso más en una escalada de los últimos meses. Primero, en verano, Ucrania invadió territorio ruso en la región de Kursk. Como represalia, Moscú reclutó a unos 12.000 soldados norcoreanos, internacionalizando el conflicto. Ahora, poco después de la victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses. Biden ha dado permiso a Ucrania para usar los misiles de largo alcance ATACMS contra Rusia, algo a lo que hasta ahora se había negado.
Rusia ha respondido flexibilizando el uso de armas nucleares, que ahora podrá lanzar contra países no nucleares (como Ucrania) en represalia a ataques convencionales no atómicos (como los misiles lanzados hoy) siempre que el país atacante esté apoyado por una potencia nuclear (como Estados Unidos). La escalada está siendo frenética.
Misiles de largo alcance Storm Shadow
Los Storm Shadow, desarrollados por Reino Unido y Francia, tienen un alcance de unos 300 kilómetros y normalmente se lanzan desde aviones, aunque también están preparados para ser usados desde barcos o submarinos. El Storm Shadow es un misil de crucero que vio la luz por primera vez en 1994. Puede albergar una ojiva de 450 kilogramos con la que alcanzar objetivos estratégicos lejanos, como centros de comunicaciones y de mando, aeropuertos, puertos y estaciones energéticas así como silos de munición o puentes.
Ni Ucrania ni Reino Unido ni Estados Unidos han confirmado aún el lanzamiento o el permiso para lanzar los misiles de largo alcance. Pero Rusia ya ha denunciado que al menos seis ATACMS han sido lanzados contra su territorio en Kursk. Su despliegue, sin embargo, está siendo admitido por fuentes extraoficialmente.
Los misiles HAWK que España ha entregado a Ucrania tienen un alcance más corto. Se desconoce si se le ha dado permiso a Kiev para usarlos contra territorio ruso en las zonas fronterizas. El Ministerio de Exteriores ha declinado hacer comentarios a este diario sobre si el permiso de Estados Unidos será secundado por España. «España no comenta decisiones soberanas de otros países. España mantiene su apoyo económico y militar a Ucrania para la defensa de su integridad territorial», afirman fuentes oficiales de Exteriores.
Minas antipersona de Estados Unidos
La Administración Biden ha aprobado entregar a Ucrania minas antipersona de fabricación estadounidense, según ha conrfirmado el secretario de Defensa saliente Lloyd Austin. El objetivo es elevar su defensa contra los ataques rusos en la línea del frente en el este. El uso de ese tipo de armamento es muy controvertido. Las minas antipersona provocaron en 2023 más de 5.700 víctimas, según el informe presentado hoy de Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres. El daño es especialmente alto entre la población civil. El 84 por ciento de los muertos y heridos eran personas ajenas a las partes en conflicto, más de una tercera parte menores de edad.
La decisión de enviar este tipo de minas se ha tomado dado el uso cada vez más intensivo de soldados a pie por parte de Rusia en sus asaltos, en lugar de vehículos blindados. Este es un cambio en las tácticas empleadas por los rusos que hace que, según Austin, sea necesario enviar a Ucrania «el material que necesitan para frenar el esfuerzo bélico ruso».
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