Ahora que el Madrid no juega a nada, el Barça se pone a jugar como el (mejor) Madrid - Sinsurrapa

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En el deporte y ¡ojalá! tampoco en la vida no hay revanchas, no hay venganzas. Se juega hoy y se vuelve a jugar mañana. Se pierde hoy y se puede ganar goleando mañana. Como dicen los futbolistas (cuando pierden) “la suerte es que, dentro de tres días, tenemos otro partido”. Así es el fútbol y así es la vida.

Pero, claro, cuando esos altivos y chulitos de alemanes, especialmente, estos del Bayern de Munich, que no solo se creen haber inventado el fútbol (cuando es mentira) sino que han descubierto, dicen, la manera en que se debe jugar, ganar y hasta dirigir un poderoso club se burlan, se mofan, de ti en sus redes sociales, algo habrá que hacer, digo yo.

“Esperando con ansias el miércoles”, escribió el redactor (apúntate un tanto, muchacho) de las redes del Bayern de Munich. Y el muy bobo añadió: “Para que se vayan poniendo de buen humor, aquí tienen nuestros últimos goles al Barça”. No había necesidad de todo ello ¿verdad? todos, en Barcelona, teníamos esa serie de cinco de cinco, en la cabeza. Hasta los propios futbolistas.

El Barça disparó cinco veces a puerta y metió cuatro goles. El Barça, no solo perdió la posesión, sino que es la primera vez, en los últimos 25 años, que gana un partido de Champions con menos del 43% de posesión. Ahí lo dejo.

Lo que anoche ocurrió en el estadio Olímpico de Montjuïc tiene pinta de resurrección. Y, de alguna manera, digo, perdón, de la destrucción de esa forma única de jugar al fútbol. El Barça, por fin, perdió, de calle, la posesión (39% contra el 61% de los alemanes), pero ganó de goleada. ¿Posesión?, el Barça ganó anoche, por vez primera en los últimos 25 años, un partido de Champions, con menos del 43% de posesión. Y, sí, disparo cinco veces a puerta y marcó cuatro golazos. Corrió más que nadie y mató más y mejor que los alemanes.

Raphinha, celebra el tercer gol de su equipo / AP/Emilio Morenatti

Es lo que hay, es el fútbol del 2024: aguantan cuando toca, correr, correr, correr, arriesgar con la defensa en el centro del campo, presionar como tigres, salir como flechas, meter pases de 40 metros y matar, casi asesinar, al rival. Cierto del 67.23 minutos al 69.05 hubo mareo, tiki-taka, rondo, pero solo en esos escasos dos minutos. El resto, como dirían los puristas, los cruyffistas, los del ADN Barça, se jugó un fútbol, que, según ellos, no les gusta porque no trasciende. Pero, como a todos, les encanta ganar. Y más al altivo Bayern de Munich. Y más en vísperas de la visita al monumental Santiago Bernabéu, demasiado ruidoso.

Ahora que el Real Madrid sigue ganando de cualquier manera, pero no juega ni un pimiento al fútbol, ahora, sí, es el FCBarcelona, de la mano de un contundente y serio Hansi Flick, el que se pone a jugar a fútbol como (el mejor) de los Real Madrid. Claro que es muy lindo ganar a través del maravilloso fútbol de Pep Guardiola y más del Pep Guardiola del maravilloso Barça.

No olvidemos que con ese fútbol encantador, marca de la casa, el Barça ha ganado solo tres de las 23 competiciones que ha jugado en los últimos cinco años. Igual es hora de cambiar.

Pero, mira por donde, la mayor fiesta de los últimos tres años, se ha producido después de ganar, en la montaña mágica, con un fútbol que no es marca de la casa, es la marca de los que tienen hambre. Y ganas. Y fuerza, mucha fuerza. Veremos cómo estarán en mayo o si, como todos los grandes, sufrirán un bache en enero y febrero.

Este equipo, jugando a lo que sea pero, sobre todo, matándose por ganar, por apretar, por correr, por presionar, pero, sobre todo, tienen compromiso, son cómplices, entrenan y juegan con sintonía, alegría, de momento se divierten y mucho y, encima, disparan cinco veces a puerta y meten cuatro goles ¡al Bayern de Munich, que venía crecidito!