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Carlo Ancelotti es el tercer entrenador en la historia del Real Madrid que más clásicos ha jugado. Un partido contra el FC Barcelona (sábado, 21:00 horas) no es un día cualquiera en su oficina, pero tampoco provoca previsiones eufóricas por parte del italiano. Carletto hace tiempo que considera que ha cumplido con el fútbol y todo lo que está sumando ahora se consolida en el apartado de extras. «Nadie de momento me quita el sueño», contestó antes de su primer enfrentamiento contra Hansi Flick, quien ha revolucionado al conjunto azulgrana en apenas unos meses.
Pero al vigente técnico del campeón de Liga y Champions, esta situación le incomoda lo justo. «El Barça ha cambiado un poco la filosofía, juega de manera distinta, mucho más directo. No quiero comparar el trabajo porque Xavi hizo un gran trabajo en el Barça a su manera. Es un equipo distinto al que respetamos igual que al de Xavi«, explicó. Carletto restó importancia a Flick y se centró en recuperar un pasado que le beneficia en los últimos cuatro enfrentamientos con Xavi. Con todo, sí hay presión en el primer clásico de la temporada.
La presión está en un conjunto azulgrana que viene de ganar al Bayern con una línea defensiva altísima de la que querrá aprovecharse el Real Madrid con hombres como Vinicius y Mbappé, dos de los nombres propios que estuvieron en el discurso de Ancelotti. «No le he dicho nada en especial a Mbappé. Él sabe perfectamente, porque tiene experiencia y ha jugado muchas veces contra el Barcelona, lo que tiene que hacer», explicó el preparador blanco. En los duelos particulares del galo con el FC Barcelona ha anotado seis goles, por siete de Vinicius y los tres de Bellingham, decisivo en los enfrentamientos del curso pasado.
«Su manera de preparar el partido es muy tranquila y muy sencilla. Confía mucho en sus cualidades y creo que mañana va a aportar al equipo», añadió sobre Mbappé, quien tiene ante sí el primer gran escenario para reivindicarse. La tarea es de mayor responsabilidad para Bellingham, quien a diferencia con el año pasado no ha sido capaz de ver puerta. «El año pasado era determinante que él marcase gol porque habíamos perdido un delantero importante como Benzema. Ese problema, este año no lo tenemos», exculpó Carletto.
«Cero dudas de que Vinicius será el Balón de Oro»
Ancelotti, incluso en una plantilla plagada de estrellas, activa el ‘modo líder’ antes de un partido como el ‘clásico’. «No hay uno solo, hay muchos. Vinicius puede ser un líder, como lo puede ser Valverde o lo es Modric. Los jóvenes pueden demostrar con su actitud y compromiso que son líderes». Descargó de responsabilidad a los que deberían tenerla. Esa es la clave, precisamente, de su éxito atemporal y con el que ha conducido a Vinicius a ganar el Balón de Oro que le concederán en París el lunes.
«Para mí, Vinicius, significa entrenar a uno de los mejores del mundo, un chico que sigue siendo muy humilde y ha progresado mucho. Creo sin dudas que será el próximo Balón de Oro», anticipó antes de cerrar con una anécdota de puro fútbol. Dudó si contarla o no, pero es la cita más explícita de cómo funciona el Real Madrid como club e institución: «No es un tipo de partido en el que haya que decir mucho. Cuando jugaba me preocupaba mucho y Van Basten (en el Milan) me decía: ‘Tranquilo, la estrategia es muy clara. Dame el balón y corre a celebrarlo’. Funcionó muchas veces».
Como la rebelión contra las primeras partes anodinas en las que el conjunto blanco muestra su peor versión hasta que aparece el Van Basten de turno para arreglar la papeleta y celebrar, como espera hacer en el Bernabéu ante el líder, el Barça de Flick, aunque Carletto no quiera singularizar su proyecto en la figura de un entrenador al que desconoce en el cara a cara y, por tanto, del que desconfía. La final de la pasada Supercopa, en la que Vinicius aniquiló al FC Barcelona, emerge como ‘déjà vu’ a recuperar para recuperar las distancias de plantilla que se planeaban al principio de temporada.
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