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“Que putada que cuando llegue la parte más importante de la temporada, allá por el mes de mayo, cuando se deciden los títulos, la mitad de la plantilla del Barça estará de exámenes finales, de viaje de fin de curso o haciendo la primera comunión”.
Frente a un Real Madrid con solo un español (Lucas Vázquez), el Barça de los niños, de los bebés, de los alumnos de La Masía, por cierto, contribución de Jordi Roura y Aureli Altimira, cosa que siempre silencian los actuales mandatarios, que hasta hacen trampas en la asamblea de socios-compromisarios manejando a su antojo la intervención del economista Sala i Martín, al que camuflaron, conectado en vivo y en directo, tras la mesa presidencia, como denunció, ayer mismo, Toni Frieros, en el diario ‘Sport’, protagonizó la tercera goleada consecutiva del año (cinco al Sevilla, cuatro al Bayern de Munich y cuatro al Real Madrid), convirtiéndose ya en el gran favorito para ganar LaLiga. Los blancos, ya pueden dedicarse a la Champions.
La semana señalada por todos como aquella en la que el Barça de Flick debía demostrar lo que vale, se cerró con una exhibición tremenda en el Bernabéu, con cuatro golazos, los mismos que encajó el Bayern de Munich y, casi, casi, como la manita infringida al Sevilla
El partido fue tal y como nos lo imaginábamos todos: si el Real Madrid era el Real Madrid que habíamos visto hasta ayer, es decir, el Real Madrid perezoso, vago y que solo se activaba cuando se ponía 0-2 en el marcador y el Barça repetía la línea que había mostrado hasta entrar en el Santiago Bernabéu, valiente, atrevido, vertical, con riesgo, intenso, ilusionado y confiado, esto acababa en goleada.
El Barça se puso 0-2, sí, como el Borussi de Dortmund, pero Hansi Flick no se asustó como su colega turco-alemán. No. Fue a por más. Es más, el portentoso Lewandowski tuvo el 0-3, en el minuto 66 y 18 segundos (al palo) y el 0-4, dos minutos después, a las nubes. Tras el 0-2 del polaco (resucitado), faltaban los goles de Lamine Yamal (“¡anda, no sabíamos que también chutabas con la derecha!”, le dijeron al jovencito culé varios jugadores blancos) y Raphinha. Entre los tres suman 33 goles y 12 asistencias. Telita.
Lamine Yamal abraza a Lewandowski tras un gol / Valentí Enrich
Anoche, en toda España, a las tres fueron las dos, menos en Madrid que dieron las cuatro. Jamás el Real Madrid le remontó un 0-2 al Barça en el Bernabéu y no iba a ser esta la primera vez. Es más, pudo ser, no la manita de Cruyff, sino mucho más. Cierto, el Real Madrid quería igualar el récord del Barça de Luis Enrique y Ernesto Valverde, que sumó 43 partidos sin perder. Pero…como suele decir el “no tenéis ni puta idea”, cuanto más ganas, más cerca estas de perder. Y Flick y sus chicos le salvaron el récord al ‘Txungurri’, que, conociéndole, le importa un pimiento.
No al Real Madrid, no, que ya empieza a cuestionarse si la era Carlo Ancelotti, como la del Cholo Simeone, está a punto de caducar. Hubo quien recordó anoche que, ante Barça y Atlético, los otros dos grandes, ‘Carletto’ ha perdido la mitad de los 22 partidos que ha jugado, cuando Zinedine Zidane, de 18, solo perdió 3. Rafa Benitez empezó a tambalearse en el Bernabéu tras un 0-4 que le infringió el Barça.
«¡Vaya, no sabíamos que también chutabas con la derecha!, me comentaron algunos jugadores del Real Madrid, a los que vimos cansados y por eso apretamos en la segunda parte, porque les podíamos ganar»
Y no solo se dudó del campeón de campeones de los banquillos, se duda de si Kylian Mbappé es tan bueno como parecían sus números en un PSG que juega la Liga más fácil de Europa y jamás, jamás, brilló en la Champions. Mañana, en efecto, Vinicius Júnior, que anoche no fue el del Dortmund, ni mucho menos, ganará el Balón de Oro, pero ni él ni el que muchos consideran el mejor jugador del mundo pudieron hacerle un gol al Barça.
Kylian Mbappe al finalizar el partido / REUTERS/Susana Vera
Es evidente y eso también quedó reflejado en el 0-4 de anoche y en cómo llegaron los dos equipos al clásico (recuerden: niños contra balones de oro), que el Barça juega a lo que quiere, prepara, entrena y exige su entrenador, Hansi Flick, mientras que el Real Madrid juega a lo que quieren y cuando quieren sus futbolistas. Cada jugador del Barça corrió anoche, como poco, un kilómetros más que su rival y, por descontado, el Barça, que había provocado 65 fueras de juego hasta pisar el Bernabéu, dejó en fuera de juego a los blancos en 12 ocasiones, en ocho a Mbappé.
“¿Qué hemos comentado en el descanso?, que los veíamos cansados y que, si apretábamos como solemos hacer siempre, les podíamos ganar. Hemos apretado y hemos ganado”, comentó Lamine Yamal, que cada día se parece más al jovencito Leo Messi (perdón, perdón, perdón) y que, miren, a los 17 años, ya tiene su golazo en el Bernabéu y lo celebró no solo señalando el escudo de su camiseta sino luciendo sus nuevos ‘brackets’ azulgranas. Cosa de los niños de La Masia, ¿verdad Roura? ¿verdad Alrimira? Gracias, señores, millones de gracias, si no se las da Joan Laporta, se las doy yo.
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