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Una línea más para cultivar la comparación entre Lamine Yamal y Lionel Messi: la nueva joya del Barça estableció un nuevo récord de precocidad al convertirse en el futbolista más joven en marcar en un clásico. A los 17 años y 105 días. En esta ocasión, ese récord no pertenecía al genio más grande de todos los tiempos, que tenía ya 19 años en su estreno (tres goles en el 3-3 del Camp Nou de la Liga 2006-07), sino a Ansu Fati, presente en el Bernabéu, que anotó ante los blancos con 17 años y 359 días. Pablo Páez Gavira, Gavi (18 años y 163 días), el cuarto del ranking, después del madridista Raúl González (18 años y 95 días), también lo aplaudió desde el banquillo.
«Somos un equipazo; nosotros nos lo creemos, solo falta que la gente lo vea»
No identificó Lamine Yamal a quienes le dedicaron graves insultos racistas desde la grada madridista ni tampoco a quienes se rindieron admirados al golazo que anotó, el 0-3 que impedía la acostumbrada reacción final blanca. «Me dijeron que no sabían que tenía pierna derecha», bromeó sobre los comentarios que escuchó después, tanto de compañeros como de los rivales.

Lamine Yamal empieza a celebrar el 0-3 tras superar a Mendy y batir a Lunin. / Óscar del Pozo / AFP
El extremo de Rocafonda recibió un balón de Raphinha entrando por la derecha, lo controló y soltó un derechazo a la escuadra del marco de Lunin, sorprendido por el inesperado fogonazo de un zurdo cerrado. Mendy se lo quedó mirando, boquiabierto. Lamine Yamal repitió los gestos de Cristiano Ronaldo, señalándose a sí mismo y al suelo, reforzando su acción en territorio enemigo, y acto seguido se puso de espaldas a la grada señalándose el nombre -también lo hizo Messi- mientras le llovían los improperios.
No faltó el baile con Balde, en otro festejo que le remitía a Vinicius. Y recordó, por último, que debía añadir una foto de marketing al enseñar la ortodoncia que le habían implantado en la boca con incrustaciones azulgranas. «Dije a mis amigos marcaría un gol sí o sí, que llevaba días sin marcar, y que si lo hacía enseñaría los brackets», desveló después.

Lamine Yamal posa ante los fotografos enseñando los ‘brackets’ azulgranas que le implantaron. / Europa Press
«Se disfruta mucho cuando escuchas más a tu afición que a la del rival en su estadio», dijo, sobre el silencio que se extendió en la grada del Bernabéu, solo roto por los gritos racistas y el jolgorio procedente del córner superior donde estaba la hinchada azulgrana. Lamine Yamal destacó la ambición del Barça y su afán por aumentar el marcador en lugar de conservar los primeros goles de ventaja anotados por Robert Lewandowski.
«Cuando ganábamos al principio nos decían que eran rivales de media tabla; ahora que hemos ganado al Bayern y le hemos metido un 0-4 al Madrid se ha demostrado que estamos preparados para todo»

Lamine Yamal inicia un ataque en el Bernabéu, lejos de Pau Cubarsí e Iñaki Peña, al fondo. / Europa Press
El segundo con la derecha
No fue el único mensaje reivindicativo del futbolista. «Cuando ganábamos al principio nos decían que eran rivales de media tabla, que ya veríamos contra los grandes. Ahora hemos ganado a dos de los mejores equipos del mundo, al Bayern y le hemos metido un 0-4 al Madrid en su campo en una semana. Se ha demostrado que estamos preparados para todo», afirmó Lamine Yamal, para añadir: «Somos un equipazo; nosotros nos lo creemos, solo falta que la gente lo vea». Lo vio todo el mundo en el partido con más audiencia del planeta.
Lamine Yamal ya había marcado un gol con la derecha en la pasada campaña: al Granada, uno de los siete tantos (cinco en la Liga) que anotó en 50 partidos disputados. En este curso cuenta seis (cinco en la Liga)en 14 partidos.
Era la segunda visita de Lamine Yamal al estadio madrileño. El año pasado ya se había erigido en el más joven de la historia en participar en un clásico con 16 años y 107 días.
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