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Con el lastre del partido aplazado ante el Valencia y en puestos de descenso. Así afronta el Espanyol el pulso de este sábado en Montilivi ante el Girona, un derbi catalán que va más allá de la trascendencia clasificatoria. La rivalidad entre ambos equipos, que pelean por ostentar la etiqueta del segundo club de Catalunya (por historia no habría debate a favor del Espanyol; por los resultados actuales ya está la cosa más decantada hacia el Girona), es cada vez mayor y cualquier triunfo se celebra más que uno convencional.
Manolo González afrontará su primer pulso contra el cuadro de Míchel después de tres derrotas seguidas y seis en las siete últimas jornadas. «Esperamos que el equipo vuelva a ser sólido como a final de la pasada Liga. Tenemos que volver a coger a esa versión cuanto antes porque es lo que nos va a llevar a la salvación«, apuntó este viernes el técnico. «Éramos muy conscientes de que iba a ser un año duro. Queda mucha Liga y no podemos obviar que hemos pasado el tramo más complejo. Hay que dar un paso adelante, pero sin volvernos locos. Ni tras ganar al Mallorca estábamos salvados ni ahora hundidos», reflexionó Manolo.
«Mucha cabeza»
El preparador gallego confía en la mentalidad de sus hombres ante «un gran equipo» que también tiene «puntos débiles». Manolo tiene clara la receta: «Debemos tener mucha cabeza, saber jugarlo, estar muy ordenados y ser muy agresivos cuando no tengamos balón», resumió el técnico, que valoró también la rivalidad con el Girona: «Para mí no es un partido diferente al resto, es importante, pero como si fuera el Getafe u otro. Lo que queremos nosotros es ganar, hay una rivalidad como la hay con otros equipos, no le doy más importancia, sinceramente».
Según el técnico perico, el favorito es el Girona al jugar en casa, pero confía en «competir» y puntuar en Montilivi. «Yo lo que quiero es ganar. Más golpe de efecto hubiera sido ganar en Montjuïc… Lo importante es sacar puntos lo antes posible para dar tranquilidad y estabilidad», concluyó Manolo.
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