Banco Central Andrés Dauhajre sobre estadísticas mercado laboral

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Santo Domingo. – El Banco Central de la República Dominicana, en el interés de mantener debidamente edificados a los agentes económicos y al público en general y en su calidad de responsable del levantamiento de la Encuesta Nacional Continua de Fuerza de Trabajo (ENCFT) y de la compilación de las cuentas nacionales, presenta algunas puntualizaciones aclaratorias sobre la consistencia de estas estadísticas del sector real.

El propósito del presente documento es aclarar el análisis realizado recientemente por el distinguido economista Andrés Dauhajre, quien ha manifestado una apreciación un tanto subjetiva cuestionando la precisión de las estadísticas divulgadas por el Banco Central.

A fin de edificar a los analistas, cabe recordar que la ENCFT es recopilada y procesada por un equipo técnico del Banco Central de alto nivel académico y amplia experiencia de varias décadas, conforme a las directrices y actualizaciones emitidas por la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En todas las etapas del proceso, desde el diseño hasta la publicación de los resultados, se implementa un protocolo estricto de control y validación que minimiza la posibilidad de errores involuntarios. La encuesta del mercado laboral constituye, sin lugar a dudas, la aproximación metodológica más adecuada para el análisis integral de todos los indicadores relativos al mercado de trabajo, incluyendo tanto la ocupación formal como la informal, esta última ausente de cualquier registro administrativo alternativo disponible en el país.

Dicho instrumento estadístico es una encuesta por muestreo probabilístico que tiene por objetivo principal estimar el vínculo de las personas en edad de trabajar con el mercado laboral. El mismo está diseñado para generar resultados a nivel de todo el país y recopila información de manera continua en una muestra de 8,480 viviendas con representatividad trimestral, un nivel de confianza de 90% y un error máximo esperado de 2% en la estimación de los indicadores laborales. Las entrevistas realizadas a los miembros del hogar incluyen a todos los que se encuentran trabajando en el sector formal, inscritos en la seguridad social o desempeñando una función en el sector informal, así como los desocupados e inactivos. Como se puede apreciar, resulta evidente, a partir de la ficha técnica de la encuesta, que puede descartarse la hipótesis de existencia de errores involuntarios que puedan conducir a la posibilidad de publicar resultados incorrectos.

Al analizar la variación interanual del Producto Interno Bruto (PIB) real y de los ocupados totales en la economía estimados a partir de la ENCFT, en la gráfica 1 se observa una alta correlación entre ambos indicadores, reflejando consistencia en la evolución de largo plazo de estas series. Lo anterior no necesariamente ocurre de manera simultánea en cada momento del tiempo y en igual magnitud, debido a diferentes razones, como la existencia de rezagos, al hecho de que las proporciones en el uso de los factores de producción no son fijas, o a que no siempre las mismas actividades son las que más inciden o explican el crecimiento.

Asimismo, se observa que en promedio la desocupación tiende a reducirse cuando la economía está creciendo por encima de su potencial y a aumentar ante un contexto de desaceleración económica como se aprecia en la gráfica 2, lo cual es un reflejo de la consistencia macroeconómica de los resultados publicados. Es preciso señalar que cuando existe un choque muy fuerte, como fue el caso de la crisis sanitaria del COVID-19, es razonable que le tome más tiempo a la economía retomar las relaciones típicas de largo plazo entre sus diferentes variables, en este caso, la vinculación entre el mercado laboral y el crecimiento real de la economía.

En el artículo titulado “¿Evasión de cotizaciones a la Seguridad Social?” del Dr. Andrés Dauhajre publicado en el periódico elCaribe el pasado lunes 18 de diciembre de 2023, el autor comenta que la variación en la cantidad de ocupados formales cotizantes a la Seguridad Social desde septiembre 2022 a septiembre 2023 fue de 30,933 personas equivalente a un crecimiento de 1.4%, según los registros administrativos de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS). Mientras, las estimaciones de la ENCFT arrojan que la variación de los ocupados formales fue de 164,497 personas entre el tercer trimestre de 2022 e igual trimestre de 2023, para un incremento de 8.5%. Ante esta discrepancia, el referido economista cuestiona el hecho de que ambas estadísticas no presenten el mismo comportamiento y expresa que deben ser analizadas.

La realidad es que las diferencias entre las estadísticas de los ocupados formales de la TSS y las arrojadas por la ENCFT del BCRD no responden a ninguna de las hipótesis planteadas por mencionado autor. Para entender su origen, resulta de suma utilidad analizar lo explicado en las notas aclaratorias del Boletín estadístico del Régimen Contributivo del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) publicado por la TSS, en el cual se indica lo siguiente que procedemos a citar:

• La disminución que presentan los cotizantes a partir del mes de abril 2023 se debe a la labor exhaustiva que ha venido desarrollando la TSS para la disminución del fraude al SDSS a través del mecanismo de los denominados “empleadores virtuales” y que hemos venido denunciando ante las autoridades de la Procuraduría General de la República. Estas acciones se amparan en la sentencia TC/0024/15 del Tribunal Constitucional.”


• Adicionalmente, la serie histórica de “empleos” reportados se ve afectada de manera significativa por las amnistías que se han realizado por Ley, apareciendo las mismas con desviaciones importantes ya que los empleadores y sus trabajadores, se vieron eximidos de cotizar al SDSS lo que hace parecer que hubo bajas estacionales en el empleo que son completamente irreales
.

• Otro factor de sesgo o desviación corresponde a empleadores que cierran sus operaciones o suspenden parcial o de manera total a sus trabajadores y no proceden de forma oportuna a sincerar sus nóminas en los registros de TSS, factor que se verifica en ocasiones varios meses posteriores a la desvinculación o suspensión.

Como puede apreciarse, estos elementos sí constituyen fuentes explicativas de las discrepancias entre la ENCFT y la TSS, y no las tres opciones expuestas en el referido artículo por el Dr. Dauhajre.

En adición a lo anterior, las estadísticas emanadas de encuestas por lo general no serían exactamente iguales a aquellas homólogas procedentes de registros administrativos, aunque en promedio sí se esperaría que mantengan una tendencia similar. En ese tenor, vale resaltar que las diferencias entre los niveles de ocupados formales de la ENCFT y los registros de la TSS han sido consistentes en el tiempo, aunque se han incrementado a partir del choque sin precedentes que generó la crisis sanitaria del COVID-19 en el mercado laboral. En tal sentido, a fin de subsanar estas discrepancias, el equipo de la TSS está trabajando en la corrección de los puntos planteados en su boletín, que fueron citados precedentemente.

En lo concerniente a la apreciación del Dr. Dauhajre sobre el hecho de que las cifras que ha dado a conocer el Banco Central pudiesen estar incorrectas, comentario subjetivo que pudiese considerarse desafortunado y poco constructivo, resulta importante reiterar a los agentes económicos y al público en general que la compilación de las cuentas nacionales y del mercado laboral se realiza a partir de los últimos lineamientos de los manuales internacionales, garantizando así la comparabilidad entre países y la robustez de las estimaciones.

En efecto, la divulgación de las operaciones estadísticas que el Banco Central tiene bajo su responsabilidad no está supeditada a la etapa del ciclo económico en que se encuentre el país, sino que siguen un protocolo estándar y riguroso de compilación, a fin de que reflejen la realidad de la coyuntura fundamentadas en las informaciones básicas recolectadas de los múltiples proveedores de información que cooperan con la labor estadística, en la cual juega un rol preponderante la credibilidad y fortaleza de la institución a cargo de las mismas.

Cabe destacar que el Banco Central en sus labores estadísticas cuenta con el acompañamiento continuo por parte de los expertos de organismos internacionales que dictaminan las normas metodológicas que rigen estas compilaciones, en cuyas asistencias técnicas cumplen con el propósito de velar por su implementación.

Al finalizar su artículo, el Dr. Dauhajre reitera, al referirse al crecimiento económico, que el BCRD “por factores involuntarios pudiese haber ingresado en el terreno de la sobreestimación”. Sobre este particular, no debería sorprender la tendencia de recuperación exhibida recientemente por la economía dominicana, dadas las medidas implementadas por la Junta Monetaria. Las facilidades otorgadas por el Banco Central han permitido desembolsos de préstamos por unos RD$159,000 millones a tasas no mayores al 9.0% anual a través de los intermediarios financieros. Igualmente, el plan de estímulo a la economía se complementó con una reducción de 150 puntos en la tasa de política monetaria en lo que ha transcurrido del año, propiciando además una reducción en el promedio ponderado de las tasas de interés de los préstamos de aproximadamente 200 puntos básicos, lo cual se ha traducido en un crecimiento del crédito al sector privado que se está expandiendo a un ritmo interanual de alrededor de 19.8% al mes de noviembre. Lo anterior, unido a la aceleración en la ejecución del gasto de capital del sector público con respecto al mismo periodo del año pasado, son factores importantes que están incidiendo en la recuperación del crecimiento económico.

Resultan lamentables los planteamientos realizados por el Dr. Dauhajre, los cuales han llamado poderosamente la atención, cuestionando las cifras publicadas por el BCRD y señalando que no puede descartarse la posibilidad de que las mismas estén erradas, ya que este tipo de declaraciones solo contribuyen a crear dudas y suspicacias en la población y en los usuarios de las estadísticas locales e internacionales. El Banco Central siempre está en la mejor disposición de satisfacer cualquier duda de todos los ciudadanos sobre sus publicaciones cónsono con su política de transparencia. En el caso particular del economista Dauhajre puede sentirse en plena libertad, como lo ha hecho en ocasiones anteriores, de ventilar sus inquietudes con el equipo técnico del Banco Central antes de emitir conjeturas y posibilidades que pongan en tela de juicio las cifras oficiales publicadas.

Finalmente, las cifras macroeconómicas publicadas por el Banco Central, lejos de estar sobreestimadas o subestimadas, más bien reflejan la evolución del ciclo económico, el cual está transitando desde una fase de desaceleración, donde el objetivo principal y la prioridad de la política económica estuvo centrada a la convergencia de la inflación hacia su rango meta lograda en mayo del presente año, a una fase de recuperación. En ese sentido, se prevé que la economía crezca en torno a su ritmo potencial en el año 2024, en un contexto en el cual las expectativas de inflación se encuentran debidamente ancladas en torno al centro del rango meta.

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