José Rafael Sosa
Lo que es hoy una conmemoración internacional sanitaria, el Mes de Sensibilización del Cáncer de Mama, nació en octubre de 1983, en Texas, Estados Unidos, cuando se realiza por primera vez la llamada Carrera para la Cura, primera actividad pública que para promover la conciencia sobre su detección oportuna.
Paulatinamente, las actividades relacionadas a concientizar sobre el cáncer de mama se replicaron en distintos países, no sólo en cuestiones médicas, también el sector privado comenzó a brindar apoyo a través de campañas de publicidad y ediciones especiales de productos con distintivos rosas que manifestaban la intención de brindar apoyo económico a las organizaciones públicas y privadas que ayudan a hacer frente a este padecimiento.
Pasó a Europa, iniciando por la capital Francesa, a cargo de enfermeras sensibles a la condición de salud, pasa a España e Italia, a cargo de grupos de médicas que se hicieron conscientes de su papel para prevención y luego se comienza a manifestar en América Latina, sobre los años 90.
Mientras que el lazo rosa que identifica a la lucha fue reconocido por primera vez durante una carrera deportiva en Nueva York, realizada en el otoño de 1991, la idea se les atribuye a los representantes de la Fundación Susan G. Komen, esto a manera de alusión a las víctimas de este tipo de cáncer.
El cáncer de mama es considerado como una de las principales causas de muerte, por lo cual el tema ha recuperado el interés de médicos, paramédicos, organizaciones humanitarias y civiles, grupos de pacientes y expacientes.
Las estadísticas que reporta la Organización Mundial de la Salud indican que más del 90 % de los casos de cáncer de mama son detectados mediante la autoexploración, es decir que la mujer puede tener un protagonismo que no en pocos casos se produce en un punto del tiempo que les garantiza muchas posibilidades de supervivencia. El autoexamen de mamas es una operación manual simple, aprehensible por parte de cualquier mujer a la cual se le oriente de la forma adecuada de hacerlo.
El cáncer de mama es una enfermedad silenciosa, porque no siempre muestra signos y síntomas, razón por la que se recomienda que las mujeres se realicen una autoexploración física de la mama de manera frecuente para descubrir alguna anomalía y, a partir de los 40 años de edad, realizarse una mastografía cada año o dos. Tu médico especialista te indicará.